nube de etiquetas BitácoraYa está en las librerías la nueva apuesta de la editorial Difusión en el campo de los materiales para la clase de español lengua extranjera. Bitácora, como se ha llamado el proyecto, cuenta con el mismo equipo de trabajo que Gente, lo que significa tener detrás a tres profesionales del mundo del español con una trayectoria impecable: Neus Sans, Ernesto Martín Peris y Agustín Garmendia.

Hace unos días tuve la suerte de asistir a la presentación que Neus Sans hizo para el equipo de la editorial, lo que me permitió conocer de primera mano los criterios de selección de materiales y de planificación de actividades y, sobre todo, el concepto de aprendizaje de una segunda lengua que subyace en el trabajo de los tres autores.

La presentación comenzó con una serie de metáforas sobre la clase de idiomas (como un viaje, un ecosistema, una cocina). El grupo estaba de acuerdo en que el aula es una sala de lectura y de escucha guiada, de manera que el material y el profesor «acompañan» en la recepción y el procesamiento del input. Junto a esta comparación aparecieron otras como:

  • la clase es una sala de ensayo de la comunicación,
  • la clase es un laboratorio y un taller donde analizar y experimentar,
  • la clase es una ventana abierta al mundo o, mi favorita,
  • el aprendizaje de un idioma es un viaje personal, el manual es su bitácora, el profesor un buen capitán.

A partir de este momento Neus se dedicó a responder a tres preguntas fundamentales:

¿Cómo aprendemos una lengua?

  • De forma personal, basándonos en experiencias previas, motivaciones, perfil intelectual, emocional, cultura de aprendizaje, expectativas. Es decir, según nuestras motivaciones personales y desde nuestra identidad.
  • A partir de textos, especialmente de aquelos que nos interesan, por lo que es importante luchar contra la banalidad del input al que se ve expuesto el alumno. En este sentido los textos de Bitácora siempre tienen un aspecto cultura, en los que la cultura no es el premio final, sino que sirve como criterio de selección de propuestas representativas de la vida cotidiana. De igual modo, los textos deben ser interesantes también para los nativos.
  • Participando en interacciones significativas, ensayando la comunicación. El potencial de comunicación de una actividad no está relacionado, de este modo, con su complejidad formal.
  • Ensayando a partir de modelos, de formas fijas, de fragmentos de lengua que dan lugar a la comunicación real. Los andamiajes son recuresos lingúisticos o segmentos de lengua que se da al alumno para crear su propio discurso.
  • Saliendo al mundo: la clase es una ventana, un trampolín, el profesor es el guía.
  • Observando y reflexionando sobre el sistema, de ahí a necesidad de una agenda de aprendizaje.
  • Con una actitud reflexiva desde el plurilingüismo de nuestras aulas.
  • Más y más rápido desarrollando estrategias y siendo aprendices autónomos.
  • En espiral, por eso la necesidad de crear unidades escala, para retomar lo que se ha visto.

¿Qué debemos aprender?

Los contenidos en Bitácora muestran una nueva relación entre gramática y léxico. Tradicionalmente el vocabulario se ve como algo más difícil de sistematizar, pero si se analizan producciones de alumnos, la mayor parte son errores léxicos. De ahí la importancia de centrar el aprendizaje de una lengua desde este punto de vista.

Además, el léxico tiene muchísimas connotaciones culturales, lo que permite un aprendizaje expandido y contextualizado. En este sentido, las entradillas con nubes de vocabulario cumplen un objetivo primordial: evocar conocimientos del alumno, función que comparten con los vídeos de contextualización de cada unidad.

¿A qué llamamos actividades significativas?

  • están contextualizadas a través del material de entrada
  • se basan en la cooperación de los aprendices
  • se centran en el significado
  • cuentan con un reto común extralingüístico
  • generan texto y, por lo tanto, discurso
  • tienen un significado personal
  • generan un resultado imprevisible

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One response

  1. Me quedo con el aprendizaje como ecosistema, del que la clase forma parte; como «learnscape», que dice Jay Cross. En tanto profesor, no soy capitán de nada, excepto capitán de los piojos, quizá. Un profesor es una tomatera en un huerto, o la avena loca que crece al lado de las berenjenas, no el comandante del Titanic. O César o nada, que decía Baroja.

    Todo lo que dice Neus Sans es muy correcto. Impecable. En lo único que discrepo, desde los tiempos de la C, la c y la k, es en el tema del input guiado y lo que llamas «connotaciones culturales». No me interesa Almodóvar y Benedetti me aburre soberanamente. A la mayoría de mis estudiantes, también. Esa insistencia en crear un «canon cultural ELE» (con C, con c, con k, o con lo que sea) siempre me ha llamado la atención, es una cosa como gramsciana. Creo que voy a escribir de eso pronto.

    Me parece un error la insistencia en el canon, pero profundizar en lo significativo y en el lexicón es un gran acierto, y estamos en vilo esperando a usar «Bitácora». Al menos, yo.

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Esta es la página personal de Francisco José Herrera Jiménez, director del centro CLIC International House Cádiz y coordinador de formacionele.com.

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